Cuando viajamos sabemos que nos vamos a encontrar nuevos mundos, que vamos a vivir nuevas experiencias y que vamos a hacer cosas diferentes y únicas. También sabemos que posiblemente nunca más vamos a ver a la gente que conocimos en el viaje y por eso nos atrevamos a hacer cosas que nunca haríamos con gente conocida.
Después de estar en las Ramblas mi nueva amiga y yo fuimos a la playa, la verdad nunca se me hubiera ocurrido ir a la playa si no hubiera sido por ella.
Viendo el Google maps ahora se que estuvimos en la playa llamada Barceloneta, que al parecer es la mas famosa de la ciudad. Cuando llegamos estaba llena, pero alcanzamos un pedacito para sentarnos y disfrutar el atardecer.
De lejos se veía la puesta de sol y el hotel W que es conocido como el hotel Vela. A lado de nosotras habían dos chicas, supongo yo brasileñas, porque pusieron samba y la bailaban muy bien. Las dos eran muy guapas y eran la sensación, sobre todo mientras bailaban.

Me sorprendió que todas las mujeres mayores iban topless, en México eso no sucede ni con las jóvenes. Pero más me sorprendió que no vi ni a una sola mujer joven en toples. Todas las chicas llevaban trajes de baño de dos piezas o completo. Muchas de ellas tenían muy bonito cuerpo, como las brasileñas, pero no encontramos a ninguna en topless.
Ni mi amiga ni yo llevábamos trajes de baño y obvio las dos queríamos meternos al mar. Así que a ella se le ocurrió quitarse casi toda la ropa y quedo en calzón y brasier y así se metió. Yo al principio no quise porque me gano la vergüenza pero después pensé que era una oportunidad única de meterse a las aguas del Mediterráneo y la seguí.
La verdad, yo soy muy introvertida y no me atrevo a hacer muchas cosas, pero aquella vez no se que me paso. Posiblemente me atreví porque mi amiga me impulso y también porque sabía que nunca mas iba a volver a ver a la gente que estaba allí. Entonces aunque hiciera el ridículo no importaba. La verdad que bueno que lo hice, ahora es un recuerdo chistoso y diferente.

Después de la locura que hicimos estuvimos un rato en la playa para secarnos, porque tampoco llevábamos toalla. Cuando mas o menos se había secado nuestra ropa interior nos pusimos los pantalones y las playeras y decidimos continuar.
Tomamos un bici taxi que nos llevo de nuevo al pie de Montjuic. Mientras íbamos en camino platicamos un poco con el taxista que era un chavo bastante joven que venía de Europa del este y que ya vivía en Barcelona. Nos conto que en unas vacaciones que hizo unos años atrás con unos amigos se enamoró de la ciudad y decidió ya no irse mas. También nos conto que tenía dos trabajos y que se sentía muy a gusto allí.
Yo quisiera tener el valor de ese chico y quedarme allí, porque yo también me enamore de la ciudad pero a diferencia de él yo si regrese a mi país. Espero algún día regresar.


Llegando al Montjuic había un concierto al fondo y las fuentes estaban prendidas e iluminadas, se veía increíble. Fue una noche muy bonita y no quería que se terminará pero después de 2 horas llegaron por nosotras el transporte de la agencia que nos llevaría al hotel.

Al día siguiente nos llevaron al lugar que más quería conocer de todo el viaje, la basílica de la Sagrada Familia. Recuerdo que yo pague mi entrada desde México y me costo bastante cara. Creo que es la entrada mas cara a un museo o iglesia que he pagado en mi vida, pero no me arrepiento de haberla pagado pues el edificio esta tan bonito que vale la pena cada euro que pague.
Cuando llegamos había mucha gente formada para entrar, mi amiga y yo tuvimos que esperar a que nuestro guía nos llevara con otro de sus colegas que trabajaba en el edificio para que nos ayudara a entrar al grupo.
Tuvimos que esperar para entrar mas o menos hora y media. En lo que esperábamos nuestro turno para entrar, nos llevaron a una tienda donde vendían souvenirs y donde había una maqueta de la Sagrada familia, pero también había mucha gente que quería ver dicha maqueta. Mi amiga y yo decidimos salir y esperar afuera.
Cuando nos toco el turno de hacer el recorrido primero nos dieron una explicación del exterior del edificio y un breve repaso de la historia de Gaudí, que es el arquitecto y creador de este edificio y de otros edificios icónicos de la ciudad, así como los diferentes arquitectos y escultores que han contribuido a que la Basílica siga construyéndose, como el escultor japonés Etsuro Sotoo.


Luego entramos y seguimos con el recorrido media hora más. Después de eso nos dieron media hora para que nosotros pudiéramos apreciar el edificio por nosotros solos y obviamente aproveche la oportunidad.
Me gusta mucho ir con guías y que nos expliquen en el recorrido lo que estamos viendo porque así podemos apreciar mas las obras, pero también me gusta mucho caminar yo sola y disfrutar de lo que estoy viendo. Es una experiencia única.
Creo que eso que nos dieran media hora para recorrer el lugar a nuestro antojo después de darnos las explicaciones correspondientes fue de lo mas acertado que hicieron. Es un lugar increíblemente hermoso y si puedo, en un futuro regresaré a recorrerlo nuevamente.




¡Buenísimo!, lindas anécdotas…
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