Esta vez mi viaje fue al inframundo, o al menos eso era lo que creían los antiguos mayas. Los cenotes para ellos eran las puertas del inframundo y allí habitaba el dios Chaak, que era el dios de la lluvia. Así que según los mayas, viajé al inframundo. Nuestro guía Edgar nos llevo con un sacerdote maya que pronuncio unas palabras en su idioma y nos dio una especie de bendición antes de ingresar a la cueva.
Nunca me había internado en una cueva tan profundamente y menos en un cenote. Llevo tres semanas en Quintana Roo trabajando en un nuevo proyecto y una de las locaciones que nos pidieron fue un cenote, así que nos dimos a la tarea de buscar cenotes y como es bien sabido, en esta parte de México abundan.
En Puerto Aventuras que es donde esta mi base, hay dos cenotes, uno es muy turístico y el otro que es un poco más pequeño, sólo los conocen los locales. Estos cenotes son de cielo abierto y la verdad como iba trabajando y me acompañaba parte de la producción, no tuve la oportunidad de entrar.


Pero hoy es domingo y se supone que es mi día de descanso, así que mi jefe y yo decidimos turistear trabajando. Hoy no nos tocaba trabajar pero aprovechamos para ir a explorar uno de los tantos cenotes que estan en la zona y ahora sí meternos al agua.
Escogimos un lugar que se llama Río Secreto que es una reserva natural muy cerca de Playa del Carmen con una serie de cavernas, y ríos subterráneos donde uno puede explorar con la ayuda de un guía. En la Reserva tienen todo lo necesario, cascos con luz integrada, bastones etc. Lo que sí tenemos que llevar es nuestro traje de baño.
Llegando nos dieron una serie de recomendaciones y nos dijeron las reglas del lugar, una de las cuales es que no podíamos pasar ni con cámara ni con celular, así que no pude tomar fotos. Pero la verdad la experiencia que viví allí no hacen falta las fotos. Las imágenes se quedaron en mi mente y lo recordaré como una de las mejores experiencias que he vivido.
La cueva esta llena de estalactitas y es muy fácil golpearse y/o tropezarse con las piedras. Como yo iba esperando a mi jefe que camina un poco mas lento a raíz de un accidente que tuvo donde se rompió el pie, de repente nos alejábamos del grupo y obvio disminuía la luz y eso hacia más difícil el recorrido. Aún así estuvo bastante interesante.
El guía fue muy amable y nos iba dando algunos datos, como que las piedras de los cenotes son extremadamente duras y que la península de Yucatán estuvo hace millones de años bajo el mar y según los científicos volverá a hundiese en muchos millones de años más.
Uno de los mejores momentos fue cuando nos pidió que apagáramos las luces de nuestros cascos y que cerráramos los ojos, dos minutos después los abrimos y estábamos en completa obscuridad. Fue una sensación increíblemente maravillosa y de alguna manera sanadora. Es de esos momentos que no se pueden explicar con palabras.
En general me la pase muy bien hoy y a pesar de que ha veces me quejo de mi trabajo porque no pagan a tiempo o porque me gana la presión y el estrés, este tipo de experiencias es la que me hace quedarme en el sitio donde estoy.
El lugar es super bonito y se siente muy buena vibra, el guía que nos toco estuvo muy bien Lo que no nos gusto fue la comida y el costo por que esta muy caro. Pero bueno, la experiencia es tan bonita que creo que pagaría otra vez.
Como no pude tomar fotos, no voy a subir mis fotos esta vez, pero sí quiero publicar una imagen que muestre la belleza del lugar, así que baje un par de su página y son las que voy a compartir.


Que lindo, super interesante. Gracias por compartir las bellezas de tu país. Abrazo.
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te recomiendo mucho este lugar, esta super bonito.
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